HISTORIA DEL MUNDO CONTEMPORÁNEO

Historia de Europa durante la época contemporánea, desde 1789 hasta nuestros días.

lunes, 25 de mayo de 2009

Interpretaciones de la Revolución Francesa




CONSECUENCIAS

E INTERPRETACIONES

DE LA REVOLUCION FRANCESA.



CONSECUENCIAS DE LA REVOLUCION:
1) Estado
2) La Administración
3) La Iglesia
4) La Sociedad
5) La Nación
1) EL ESTADO:
La revolución convierte la "política" en cosa de todos, en algo público. Se produce una transferencia de la soberanía. Se sustituye la anterior soberanía divina por la soberanía "nacional" (popular); que se lleva a la práctica a través de las elecciones.
Igualmente, la revolución agranda el campo de acción político. Durante el Antiguo Régimen, el Estado se ocupaba del mantenimiento del orden, la justicia, la defensa (Ejército) y la diplomacia. Tras la revolución, el Estado engloba sectores de la iniciativa privada, tanto individual como colectiva. Tendrá funciones de asistencia pública, instrucción pública (educación), etc. Funciones sociales, que con anterioridad eran ejercidas por la Iglesia; a través de la caridad, los hospicios, hospitales, cofradías, las escuelas parroquiales, las universidades, etc. El Estado debe buscar la felicidad del individuo.
Las prácticas políticas también varían. Se recurre a la consulta del pueblo mediante las elecciones. Pero, sólo una fracción muy reducida de la sociedad tiene derechos políticos (la burguesía a través del sufragio censitario).
2) LA ORGANIZACION ADMINISTRATIVA:
Son los medios de ejecución de la decisión política. Es decir, llevar los programas, decisiones y leyes desde el Estado a la sociedad (realidad).
Durante el periodo de la Asamblea Nacional Constituyente (1789 - 91), las reformas administrativas tienen una inspiración liberal, contrario al absolutismo monárquico. Se produce una destrucción del aparato administrativo del Antiguo Régimen. Se tiende a la descentralización, es decir, dar poder a los departamentos (unidades territoriales de administración, equivalentes a las provincias españolas); cuyos miembros son elegidos por las colectividades locales. Aunque en plena crisis política, la descentralización va a provocar anarquía. La convención jacobina (1793 - 94), introduce la centralización política y administrativa. Se forma la república única e indivisible. La centralización administrativa fue un instrumento necesario para el triunfo de la revolución.
El Directorio (1795 - 1799) reformó el sistema fiscal (la Hacienda), para asegurar los ingresos y recursos al Estado. Se produce una uniformidad en los impuestos, además de una proporcionalidad. Cada individuo cotiza y contribuye acorde con su riqueza. También su universalidad, todos los ciudadanos sin exclusión, deben pagar los impuestos. Las impuestos se clasifican en cuatro tipos:
- Impuesto sobre la tierra ("subvención territorial").
- Impuesto sobre la persona y el mobiliario ("sobre el capital").
- Impuesto sobre las puertas y ventanas ("sobre la vivienda").
- Patente.
También se redactó la ley sobre instituciones militares o Ley JOURDAN. Divide el país en circunscripciones con el fin de organizar el reclutamiento de los jóvenes y el servicio militar obligatorio.
El Consulado (1799 - 1804) estabiliza las instituciones administrati-vas. Se refuerza la centralización. La formación de ministerios responde a cuestiones racionales. Se organiza una jerarquía dentro de los funcionarios. Aparece la figura del prefecto para ejercer el poder en los departamentos. El prefecto se convierte en el representante del Estado en cada departamento.
El cuerpo de funciones será leal al poder, porque éste les nombra, paga y revoca.
Se busca la racionalidad y la eficacia en el orden administrativo. Se intenta crear una Estado fuerte basado en el liberalismo de las instituciones políticas y el orden social burgués. El modelo administrativo napoleónico se convirtió en el más copiado e imitado, por los países europeos, a lo largo del siglo XIX.
3) LA IGLESIA:
Tradicionalmente, durante el Antiguo Régimen, los regímenes políticos (monarquías absolutas) tenían un fundamento religioso (soberanía divina). La religión daba la legitimidad al monarca, la soberanía era de origen divino.
El papel de la Revolución en cuanto al tema religioso se afirma en la Constituciones Civil del Clero (1790). Supone una ruptura entre la Iglesia Católica y los revolucionarios. El Estado intenta secularizar las instituciones. El clero pierde su estatuto, sus privilegios, sus atribuciones en la sociedad civil (asistencia, enseñanza, etc.). Sus bienes son confiscados (nacionalizados). Se produce la disolución de las órdenes religiosas. El objetivo está en la separación Iglesia-Estado. La obra revolucionaria se consolida a través de la seculariza-ción de la sociedad y la venta de bienes nacionales.
Bonaparte normalizará las relaciones entre la Iglesia y el Estado con el Concordato de 1801 (acuerdo Iglesia - Estado). El Estado reconoce a la Iglesia Católica dentro de la libertad de cultos. El Papa reconoce la nacionalización de los bienes de la Iglesia y renuncia a su restitución. El clero pasa a depender económicamente del Estado, puesto que ha perdido sus bienes. Aparece el Presupuesto de Culto y Clero para sostener, económicamente, a los eclesiásticos.
4) EL ORDEN SOCIAL:
La obra social de la revolución implica, en primer lugar, la destrucción del antiguo régimen (la sociedad estamental) y la abolición del régimen señorial (derechos feudales). La nueva sociedad va a ser regida por la libertad, la propiedad y la riqueza de cada individuo. También se abolen los monopolios y gremios en cuanto a la actividad artesanal. Pero, también, la burguesía dicta leyes sociales en su defensa frente a la nueva clase que va a surgir con la revolución industrial, el proletariado. La ley Le Chapellier (1791) prohibe a los obreros, el derecho de asociación (formar sindicatos) y el derecho a la huelga. Se consagra la libertad individual, que en la práctica favorece a la burguesía.
Se va a conseguir la igual civil y el fin de los privilegios. Igualdad de todos los ciudadanos e individuos ante la ley y la justicia, ante el impuesto (proporcional, según su riqueza).
Desde el periodo del consulado (1799 - 1804) se puede conseguir la promoción social a través del acceso a la administración y el ejército.
La revolución también libera la tierra, que se convierte en mercancía que se puede comprar y vender. Acabando con los privilegios de las propiedades amortizadas (que no se pueden dividir, vender o fragmentar), que tenían la Iglesia, las "manos muertas", y la nobleza o aristocracia, los "mayorazgos".
La sociedad que sale de la revolución es burguesa. La burguesía ha conquistado el poder y disfruta de una hegemonía económica, social, política e intelectual. Los intereses de la burguesía coinciden con los intereses de los revolucionarios. La libertad beneficia a la burguesía propietaria, industrial y comercial. Se aprovechan de la revolución para comprar los bienes nacionales, y, para ocupar los cargos en la administración política. Las distinciones sociales dentro de la nueva sociedad se deben al dinero y a la propiedad. Son considerados como índices de utilidad personal: el trabajo, el talento, el mérito y la capacidad intelectual. Esta sociedad burguesa se define como una sociedad de clases, donde la noción de "clase social" es abierta; se puede cambiar de clase. Cada cúal ocupa un lugar en la escala social acorde con su riqueza.
5) LA NACION:
El "sentimiento nacional" es un logro de la revolución, que consagra el principio de "la nación como sentimientos". La revolución precipita la toma de conciencia de pertenecer a una comunidad nacional, con una adhesión voluntaria de los individuos a la "nación". Los lazos entre los individuos y la nación sustituyenten a los que había entre los súbditos y el monarca.
Valmy (septiembre de 1792), primera victoria francesa contra las potencias extranjeras, supone la salvación de la patria. Ha sido consecuencia de proclamar la "patria en peligro" y la conciencia nacional. El país se levanta en armas para salvar su independencia.
Estos años marcan de manera extraordinaria la historia contemporánea y de manera irreversible la fisolnomía de las sociedades contemporáneas.

LAS INTERPRETACIONES HISTORIOGRAFICAS DE LA REVOLUCION FRANCESA:
1) Interpretación Conservadora (Burke, Taine).
2) Interpretación Burguesa - liberal.
3) Intepretación de izquierdas (marxista y socialista).
4) Interpretación Atlántica (Palmer, Godechot).
5) Interpretación estructural (Furet).
1) INTERPRETACION CONSERVADORA (BURKE, TAINE)
La monarquía francesa del Antiguo Régimen poseía una constitución buena y equilibrada, con una nobleza virtuosa y un pueblo trabajador. El desastre comienza con la convocatoria de los Estados Generales, obra de abogados sin escrúptulos. Violan a través del igualitarismo racionalis-ta, la naturaleza humana y las experiencias de la historia. La Revolución es producto de una conspiración por parte de sociedades secretas de iluminados, masones y jacobinos; que planean la revolución de 1789. Incluso se califica la revolución como un castigo enviado por Dios, al depravado y poco creyente Antiguo Régimen.
Podemos calificar esta interpretación como errónea y poco fiable. Se advierte un respeto al pasado y a la tradición. La revolución es la transformación y la creación de leyes políticas y sociales nuevas. Rompe con la tradición, por eso la revolución es condenable. Se convertirá en la ideología de la Restauración (1815).
2) LA INTERPRETACION LIBERAL - BURGUESA ó INTERPRETACION CLASICA:
La revolución francesa fue consecuencia de la situación del Antiguo Régimen. El mismo se caracterizaba por la injusticia, la arbitrariedad, la frivolidad, las intrigas de la Corte, la mala gestión financiera, la corrupción de la Administración, el ineficaz sistema fiscal, las escasas posibilidades de ascenso social de los burgueses, el desinterés hacia los consejos de los filósofos ilustrados, etc. Cuando todos estos inconvenientes habían alcanzado una dimensión insoportable, inevitable-mente, el tercer Estado tuvo que desencadenar la revolución. Era la única manera posible de imponer los justos principios del tercer estado. Principios burgueses y revolucionarios unidos a la libertad, la igualdad, la racionalidad, la transparencia y la moral; es decir, la filosofía de la Ilustración (Locke, Montesquieu, Voltaire, Rousseau).
Los dos puntos culminantes de la revolución fueron, según opinión de la burguesía contemporánea, la Declaración de Derechos del Hombre (1789) y la Constitución de 1791, que sirvió de modelo político durante todo el siglo XIX. Esta postura positiva se convirtió en rechazo a la radicalización revolucionaria de las masas populares y el estableci-miento de la dictadura jacobina. Aunque el terror jacobino fue inevita-ble, dada la situación de guerra y contrarrevolución que asolaron a Francia durante estos años.
3) LA INTERPRETACION DE IZQUIERDAS (MARXISTA Y SOCIALISTA). SOBOUL.
La "revolución francesa" de 1789 constituye el clásico ejemplo de una revolución liberal y burguesa consumada. Es el resultado de una lucha victoriosa de la burguesía capitalista, que se había aliado temporal-mente con el campesinado, pequeña burguesía radical y las clases populares urbanas (sans-coulottes); contra el sistema feudal reacciona-rio de la Francia del Antiguo Régimen. La revolución fue el resultado de la lucha de clases (conflicto social), fundamentalmente de la burguesía contra la nobleza o aristocracia feudal. La victoria de la burguesía significó, a la vez, la victoria del capitalismo moderno, y la revolución francesa, el prototipo de camino revolucionario hacia ese objetivo.
Según Marx y Engels, una revolución siempre es el estallido de una tensión entre las clases sociales de una sociedad. El estamento dominante de la vieja Francia de 1789 era la aristocracia o nobleza. En la segunda mitad del siglo XVIII entra en tensión, cada vez más aguda, con un grupo social en ascenso como era la burguesía. Este antagonismo llevó en 1789 a un conflicto abierto entre ambos grupos sociales. La burguesía se aseguró, gracias a una serie de concesiones, el apoyo de los campesinos y las clases populares urbanas. De esta forma fue capaz de vencer a la aristocracia. Se convirtió en la clase dominante de la sociedad y el Estado. Y desde el poder político, eliminó todos los obstáculos que se planteaban para el modo de producción capitalista. La revolución francesa, fue por lo tanto una revolución burguesa. Dentro de la misma se puede advertir una fase ascendente y otra descendente. Fase ascendente que significa una radicalización revolucionaria que fracasa tras la caída de Robespierre y la convención jacobina (1794). A partir de esa fecha, la fase descendente de la revolución conoce el dominio, auténtico y egoismo, de la burguesía sobre la sociedad.
4) INTERPRETACION ATLANTICA (GODECHOT):
Clasifica la revolución francesa dentro de una revolución atlántica más amplia entre 1770 y 1799, poniendo en duda su carácter de caso aislado. Para Godechot, en ese espacio de tiempo surgieron abundantes confictos políticos en toda Europa y en las colonias americanas, que se pueden calificar de revolucionarios. El punto de partida de estos conflictos se situó en Ginebra en 1760, continuando por las 13 colonias norteamericanas, Irlanda, Holanda, Francia, Hungría, Países Bajos austriacos (futura Bélgica), Polonia, Estados Alemanes del Rhin, Italia y Suiza. Todos estos conflictos revolucionarios se iniciaron con una revuelta de los privilegiados, y, una posterior revolución burguesa. En todos ellos se produjeron guerras.
5) INTERPRETACION ESTRUCTURALISTA (Furet):
En 1789 surgieron, paralelamente, tres revoluciones diferentes: la de los diputados en Versalles, la de las capas bajas (sans coulottes) y pequeñoburguesas en las ciudades (París) y la de los campesinos. Las revueltas campesinas y urbanas están íntimamente ligadas a la tradición de los levantamientos de campesinos y artesanos de la vieja Francia (Antiguo Régimen). Y, aunque, estos disturbios fueron provocados e influencias por los acontecimientos de Versalles (Estados Generales), no dejaron de tener sus propios motivos y metas.
La Revolución fue una "revolución burguesa" sólo, en tanto que fue un arranque reformista y liberal de las élites de los tres estamentos. Un movimiento dirigido contra todo tipo de privilegios, que intentó el establecimiento de la igualdad (jurídica) y seguridad personal (liber-tad del individuo) en la legislación. Un movimiento que señalaba hacia el constitucionalismo y liberalismo económico del siglo XIX.
Esta revolución burguesa se presentó durante la fase de monarquía constitucional (1789 - 1792), en su forma típica, adecuada y correcta. En cambio, durante el periodo de la Convención y dictadura jacobina, la revolución se "desvió", y sólo recobró su auténtico carácter burgués en la época del directorio (1795-1799).
El factor decisivo del movimiento de 1789 para Furet, no fue el levantamiento de las masas urbanas y campesinas, sino la puesta en marcha de la reestructuración constitucional del Estado por medio de la Asamblea nacional, creadora de la Constitución (revolución jurídica). No existió una lucha de clases tras la revolución de las "élites" (diputados de los Estados Generales). Fue producto, en mayor medida, del fracaso de los gobiernos monárquicos en la reforma de la Hacienda. El déficit crónico de la Hacienda acabó creando un vacío de poder, aprovechado por los revolucionarios.
Los revolucionarios de 1789 no pensaron en una abolición de la monarquía o en un sufragio universal e igualitario. Los levantamientos de los sans-coulottes urbanos y los campesinos durante el verano de 1789, les resultaron inesperados. Aunque utilizaron a estas masas para el triunfo de sus propios intereses. La negativa del rey a incorporarse dentro del proceso revolucionario (huída -1792-), la radicalización de los movimientos revolucionarios populares y la guerra exterior, originaron el "desvió" de la revolución. Durante el periodo 1792-94, de radicalización revolucionaria, para Furet se interrumpió el proceso de revolución burguesa. Fue un intermedio innecesario y sin consecuencias para la evolución del siglo XIX burgués. A partir de 1795, con el Directorio, la revolución burguesa avanza según las reglas de su propia lógica (la consolidación del orden burgués). Con Napoleón Bonaparte en el poder se consolidó la victoria de la revolución burguesa, que consolida a la burguesía en el poder y el orden (status quo) socio-económico burgués.

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